domingo, 11 de mayo de 2008

Alguna vez escribí esto:


Los coches que siempre veo, a diario,
como objetos inanimados de un escenario intacto.
Las flores que caen a mis pies,
gigantes desnudas,
ensombrecidas por el largo otoño
la larga espera,
un largo silencio agónico antes del precipicio de la rama.
El grito de los pájaros que nunca oigo,
camino del edificio que consume mis ilusiones.
Los semáforos siempre enrojecidos y
las palabras que el estruendo del autobús espanta,
la sonrisa que no llega a acariciarme el oído.
Los ojos entre las persianas.
Las cosas que no percibo,
las que están ahí intentando llamar mi atención
que despierto en un susurro,
en la escena de una película,
en una mirada.
Esas cosas,
todas resignadas a no pertenecerme,
todas están en ti.









http://www.youtube.com/watch?v=sWaoOns53g8

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