lunes, 30 de marzo de 2009

La decisión


Esperaba. Sentada en la parte trasera de un coche. Observaba. Los ojos entreabiertos miraban hacia la puerta que debía abrirse; antes de irse le dijo que volvería en dos minutos. Vuelvo en dos minutos. Dos minutos. No es nada. Se impacientaba. La cabeza se le iba llenando de sombrías excusas, un plan para escapar. Un repentino picor se entretuvo en su frente. Con toda la energía que había estado reteniendo se rascó. A sus pies una mariposa enrojecía, entretanto, pérdida de la concentración; por la puerta se asomó despeinado.

1 comentario:

Lara dijo...

estoy aquí escondida