viernes, 31 de octubre de 2008

Mi boca es una peonza lanzada al vacío.
Haciendo cercos se va perdiendo,
mi cuerpo la sigue como la cuerda que la lanza
y se escapa de tus dedos.
Baja por tu espalda que se curva,
consigues arrastrar todas las migas de pan que estaban esparcidas sobre la mesa,
parecían pesar tanto,
y ahora, a puertas cerradas,
cualquier objeto inmóvil renace para darnos cobijo.
Todo es un juego, y sus reglas, viciadas ya, se desvanecen.



Todo está en jugar y sudar.

5 comentarios:

María dijo...

Hola bonita, gracias por este finde, lo necesitaba.

Anónimo dijo...

Las reglas has que cumplirlas... excepto cuando no tenemos más remedio que romperlas, cosa que suele suceder bastante a menudo. a veces es bueno, y a veces no.

Anónimo dijo...

pues por desgracia (o por suerte) me lo he tenido que perder esta vez (no sabe uste lo q me fastidia, aunque quizá lo intuya...)

acepto vídeos, crónicas y sensaciones... yo bucearé en lo que haya por la red y si se me va mucho, capaz soy de hacer una contracrónica invisible xD

me gusta que esta vez no suenes tanto a montero, aunque sea complicado sacudirse su influencia de la piel :)

besos

Anónimo dijo...

Ya se me hace monótono leerte, dejaste de sorprenderme. no te lo tomes a mal!

Anónimo dijo...

He vuelto al fotolog. No se, pero me apetecía. A ver por cuánto tiempo!!

Hoy os estoy echando a todos de menos, pero trankila. Lo estoy haciendo porque kiero. Y estoy disfrutando de kereros tanto...=)!!