sábado, 20 de septiembre de 2008

Es el momento de arrancar con los dientes un palmo de hilo y
cosernos los retales,
ya habrá tiempo de mirarnos en el espejo
para comprobar que tal nos queda el traje.







Sin dedal, para no privarnos del placer que exige el riesgo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin dedal y sin red. Pero sobre todo, sobre todas las cosas, sin espejo. Que sus pequeños trozos, tras mi golpe, caigan en el olvido. Como una vez escuché "inútil reflejo fantasma".

Lara dijo...

nunca te prives...