jueves, 7 de agosto de 2008

Dónde están los plastidecor,
los globos bailando por el piso,
el tiempo detenido
en una habitación
entre tantas cosas de colores;
fantasía para los primeros años de ingenuidad.

Dónde la verdad,
la ilustración,
la revolución primera,
la generación del 27,
los bocadillos de tortilla
y las fuentes como riachuelos
donde resolvernos siempre después de una batalla.

Para cuándo el cambiar el mundo.
Para cuándo las cartas y
el cartero sorprendiéndome detrás de la mirilla.

Para cuándo los olores perpetuamente nuevos:
Sal y azahar.
Para cuándo el susto que sobreviene al hipo.

Cuál es la puerta que engendra la salida,
si siempre vas a dar al mismo sitio.
Cuál era mi patria, y mi ley, y mi Dios.

Quién calló mi primer grito,
y el último.
Quién entra ahora por mi ventana mientras duermo
si ya sé que no erais vosotros.
¿Será que al otro lado no hay nadie?
Mejor será seguir creyendo.
A ciegas.
Seguir creyendo.
.
"... y nos hicimos mayores esperando las flores del Jacaranda"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Creyendo y rezando y deseando que haya siempre algo que nos salve. Y como hace bien poco me han dicho se nos hace casi insoportable "este hacerse mayor sin delicadeza".

Me ha gustado mucho esta bonita y peligrosa vista atrás.

Anónimo dijo...

El vinagre si que asusta.

Mala Hierba dijo...

qué potito Libe... me has puesto toa nostálgica...

me encanta lo de las flores de jacarandá... es muy de poesía japonesa ;)

Un besito,

Marta.

Angela dijo...

me ha recordado a la cancion "era cuento" de chaouen