Dónde están los plastidecor,
los globos bailando por el piso,
el tiempo detenido
en una habitación
entre tantas cosas de colores;
fantasía para los primeros años de ingenuidad.
Dónde la verdad,
la ilustración,
la revolución primera,
la generación del 27,
los bocadillos de tortilla
y las fuentes como riachuelos
donde resolvernos siempre después de una batalla.
Para cuándo el cambiar el mundo.
Para cuándo las cartas y
el cartero sorprendiéndome detrás de la mirilla.
Para cuándo los olores perpetuamente nuevos:
Sal y azahar.
Para cuándo el susto que sobreviene al hipo.
Cuál es la puerta que engendra la salida,
si siempre vas a dar al mismo sitio.
Cuál era mi patria, y mi ley, y mi Dios.
Quién calló mi primer grito,
y el último.
Quién entra ahora por mi ventana mientras duermo
si ya sé que no erais vosotros.
¿Será que al otro lado no hay nadie?
Mejor será seguir creyendo.
A ciegas.
Seguir creyendo.
los globos bailando por el piso,
el tiempo detenido
en una habitación
entre tantas cosas de colores;
fantasía para los primeros años de ingenuidad.
Dónde la verdad,
la ilustración,
la revolución primera,
la generación del 27,
los bocadillos de tortilla
y las fuentes como riachuelos
donde resolvernos siempre después de una batalla.
Para cuándo el cambiar el mundo.
Para cuándo las cartas y
el cartero sorprendiéndome detrás de la mirilla.
Para cuándo los olores perpetuamente nuevos:
Sal y azahar.
Para cuándo el susto que sobreviene al hipo.
Cuál es la puerta que engendra la salida,
si siempre vas a dar al mismo sitio.
Cuál era mi patria, y mi ley, y mi Dios.
Quién calló mi primer grito,
y el último.
Quién entra ahora por mi ventana mientras duermo
si ya sé que no erais vosotros.
¿Será que al otro lado no hay nadie?
Mejor será seguir creyendo.
A ciegas.
Seguir creyendo.
.
"... y nos hicimos mayores esperando las flores del Jacaranda"
4 comentarios:
Creyendo y rezando y deseando que haya siempre algo que nos salve. Y como hace bien poco me han dicho se nos hace casi insoportable "este hacerse mayor sin delicadeza".
Me ha gustado mucho esta bonita y peligrosa vista atrás.
El vinagre si que asusta.
qué potito Libe... me has puesto toa nostálgica...
me encanta lo de las flores de jacarandá... es muy de poesía japonesa ;)
Un besito,
Marta.
me ha recordado a la cancion "era cuento" de chaouen
Publicar un comentario