sábado, 20 de marzo de 2010

Gracias a.


Pienso que estás lejos, pienso.
Pienso que será pasajero el cielo sobre nuestras cabezas.
Sobre la tuya y la mía, lejos.
Advierto el cansancio, me asomo a él.
A sus horas perdidas, y al desierto infinito de esta habitación vacía;
esta bola inmensa que gira y gira sin fin; contra nosotros.
Pienso también que todo el mundo sabe,
que todo el mundo sabe menos yo que no quiero saber.
Percibo este tiempo maldito en que tus días se confunden con los míos,
en que este cuerpo enfrente habita un recuerdo, o posee a.

Besos.

El vientre que se despereza y grita, y sobrevive.
Y somos esto, y lo otro, y lo de más allá,
un grandísimo esperpento;
una grandísima duda que se abre, que no quiere ser reconocida.

Condúceme, yo me dejo ver,
Es más, me dejo tocar.

2 comentarios:

Lara dijo...

he leído esto varias veces y no te había dicho nada



(mándame tu dire postal al mail, ok?)

besos

Lcorso dijo...

tienes una densidad poética en lo que escribes realmente asombrosa (no sé porque paso tan poco por este rincón si cada vez que lo hago me gusta lo que encuentro...)

he aparecido aquí enlazado por antiguos comentarios, y aprovecho para decir que ando en proceso de revitalización del blog (aunque no prometo nada, va bastante lento y actualizándose retrospectivamente... xD)

besos